¿Fumas?

Esta pregunta era todo un clásico de las relaciones y de la calle no muchos años atrás. Sin entrar en polémicas, el tabaco en sus diferentes variedades nos ha acompañado durante muchos años. Aunque nos pueda parecer lejana su prohibición en España en lugares cerrados, no lo es, data de 2006. Hasta esa fecha era (y sigue siendo)  parte esencial de las vidas de millones de personas, de su día a día, en el trabajo, de sus relaciones, etc. 

Quién no recuerda la pregunta que titula el artículo o ¿Tienes fuego? en eventos, discotecas, fiestas, o en la calle en general. No sólo como medio para encender el cigarrillo sino también era una forma fácil y sencilla de romper el hielo, ¡qué diferente sería hoy hacer ese pregunta!.

Y lógicamente el mechero, ese fuego del que tanto se preguntaba, era uno de los complementos imprescindibles en el bolsillo de todos esos millones de fumadores y de algún otro.  Como complemento, su vida no se quedó en ser un sencillo accesorio, sino que su diseño ha dado origen a multitud de diferentes formas donde los Zippo quizás sean los más conocidos con cientos de variedades desde su origen allá por el año 1933 [1]. 

La industria de la fotografía con sus cámaras no ha estado ajena a esta posibilidad comercial y como no podía ser de otra forma nació el: mechero-cámara o la cámara-mechero.



Y quizás contradiciéndome, el origen es posible no haya sido tan comercial sino uno de los principales motores de novedades en muchas áreas: la industria militar y en concreto el espionaje. ¿Qué mejor lugar para esconder una cámara que el objeto siempre presente en un espía: el mechero? Bueno quizás sea mejor en el paquete de tabaco, que da un poco más de juego al espía, tanto por su tamaño como por la posibilidad de depositarlo en la mesa disimuladamente. 

Sea cual sea el origen, es obvio que tal artilugio, presente en la vida de millones de personas, es un buen lugar para innovar añadiendo una cámara. Sin embargo, aunque parezca una gran idea, no han sido muchos los fabricantes que han abordado este reto.  Y digo reto porque la miniaturización que implica incorporar una cámara a un mechero, plantea tantos limitantes al fabricante como al usuario al manejar un tamaño de película minúsculo.

Desde los años 50, han sido cuatro los fabricantes que han abordado este reto y creado auténticas joyas en miniatura que combinan ambas funciones.



Camera Lite

El primero de ellos ha sido Suzuki Optical Works. Parte del diseño de los Zippos, con forma cuasi cuadrada, obrando casi diría el milagro, por aquel entonces 1955, de insertar una cámara en este tipo de mecheros.  Su primer modelo fue el Echo 8 para dejar paso, años más tarde, al Camera Lite con una calidad un poco inferior.


Lo curioso que para capturas de 6x6 mm requería un equipo para preparar las películas de 8mm, partiendo para ello en dos secciones formatos de 16 mm, habituales en cámaras de tipo subminiatura. En la fotografía se puede comparar el tamaño del habitual rollo que conocemos, el 16 mm y el 8 mm de este mechero (la que esta debajo de la mascota de mi colección). Es posiblemente la cámara fabricada de la historia con el tamaño de película más pequeño, salvo opinión contraria de la KGB.

El mechero, como indicaba, es formato Zippo y se divide en dos secciones extraíbles en el interior: la cámara y el mechero. Su uso era muy fácil, bastaba con abrirla, mirar por el objetivo que era un cuadrado recortado en la tapa y ¡clic! 



Kunik Lighter

Y llegó la empresa alemana Walter Kunik, el rey de las joyas subminiatura. Si algo caracteriza a Kunik es que sus diseños dejan sin palabras al aficionado. Como hizo con otros elementos de la vida diaria como petaca, polvera, etc. este fabricante integro en 1956 una de sus cámaras en un diseño arte-decó único de mechero, disponible en varios colores (rojo, azul, …) e incluso acabado en piel. En ese noble arte del flirteo de la época, ¿qué señorita se podría resistir a un caballero con ese particular mechero?


Por cierto, ¿sabíais que hay una cámara alemana llamada Nenita? Pero eso es ya otra historia. 

Volviendo a esta cámara, mecánicamente el diseño es bastante sencillo pues se compone de tres piezas integradas que la componen:

Mechero de la marca Simson

Cuerpo central que une los componentes y le confiere el espectacular diseño

Cámara subminiatura Petie de color dorado.



Según referencia de la principal obra de cámaras miniatura [2], en los 50 pudo producirse un cuarto modelo dentro de una cámara Petal. 

Minimax Lite

Pasados muchos años y antes de la llegada del mundo digital que ha permitido una simplificación en el comentado reto de la miniaturización, la compañía japonesa Nikoh, produjo una gran variedad de mecheros-cámaras con diferentes nombres, pero estructura similar. En este caso, partían de la base de la película de las cámaras Minox lo cual simplificaba al usuario su uso, por ser un formato más o menos habitual. Ya estamos en 1980, dejando los mecheros de gasolina por los rellenables de gas butano. Por esos tiempos, recargables en los estancos tan presentes en la vida de fumadores y no fumadores.



En este caso todo el conjunto se integra de una forma más fácil con un diseño más alargado y fácil de usar al adaptarse de manera más natural a la mano.

Este mechero se produjo con varios nombres comerciales como Minimax Lite, Cosmos, Slimax Lite, etc. y aún puede encontrarse fácilmente en las principales páginas de compra-venta. 


Dejando variantes aparte de colores y marcas para ese último, cerramos el capítulo de mecheros en la colección, una de las más curiosas ramas dentro de las cámaras miniaturas. 

Y me pregunto, ¿cómo explicaremos dentro de unos años a las generaciones venideras dos  conceptos como la cámara de película y mechero?

Referencias

[1] Wikipedia

[2] Subminiature Photography, William White. El clásico de las cámaras submniaturas