Camaricidio

Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) Camaricidio, 
“es el delito que consiste en matar a una cámara, en especial aquellas consideradas antigüedades y de especial valor histórico”.
Esta definición no existe realmente, pero este término creo que deberíamos crearlo para proteger estos aparatos que tanto peso tienen en nuestra historia, en la memoria de nuestras familias.

Dice el dicho que para gusto no hay colores y quizás mi color favorito, en este caso, no esté muy alienado con los autores de estas “obras”. Me estoy refiriendo a los artesanos que taladran y mutilan partes de cámaras antiguas para convertirlas en lámparas.

Las páginas de compra/venta llevan unos años mostrando estas lámparas artesanas que destruyen en alguna ocasión auténticas joyas coleccionables. Y es que parece que cualquier cámara es susceptible de ser atravesadas de lado a lado. Para muestra esta preciosa cámara detective, posiblemente una Stirn, convertida en lámpara de mesa y a la que le hubiese guardado un lugar especial en mi colección.



Pero como decía, no es la primera ni será la última y aquí os dejo más ejemplos de cámara-lámparas  construidas a partir de Instamatics, Polaroids, Kodak de cajón con una bombilla en su interior, etc:



Y por cierto ya en otro terreno, la duda que me plantean es la seguridad de estos artilugios, construidos sobre la base de un aparato que estaba pensado para dar luz al pasado con sus fotografías y no al presente con su luz.


Aunque como decía antes, para gusto no hay colores, a mi este “color” o reinterpretación de las cámaras no me gusta Y os dejo una última, supongo que tomando la base de su nombre, la Werlisa Club COLOR, donde su autor aumenta el abanico de colores con el que fue vendida a lo largo de su exitosa historia comercial. Menudo susto me he llevado al verlas, creía que había nuevas werlisas ...


Cerrar quizás con una excepción: Cámaras de colores.  Su reinterpretación estética de alguna cámara la consigue transformar con bastante acierto, dándole una nueva vida sin llegar a mutilar su valor original. 

Referencia

Fotos extraídas de páginas de compraventa españolas en abril/2020

La cámara Perfecta

Perfecta, dícese de [1]:

1. adj. Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.
2. adj. Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.

¿La cámara perfecta? Si alguien la conoce que me avise pues calculo que se pueden haber producido alrededor de 100000 cámaras (*) y modelos hasta la fecha, y ese ejemplar PERFECTO aún no ha aparecido. La tecnología avanza constantemente y la que pueda ser denominada perfecta un día, deja de serlo muy rápido. Bien es verdad que a lo largo de los años se han producido cámaras de unas cualidades extraordinarias como Leicas, Contax, Hasselblad, etc. pero de ahí a hablar de la cámara perfecta ...


Buena muestra de esta búsqueda por el santo grial o cámara perfecta es la Guía Mckewon que en su última edición iba por las 40000 y creo no cubre una parte importante aún.  La ausencia de cámaras españolas es un ejemplo a nivel cualitativo, no cuantitativo,  de que aún existen muchas más pendientes en esta guía o mejor dicho, biblia de esta afición. 

Sin embargo son muchos los fabricantes que han incorporado con relativa modestia este calificativo en el nombre de sus cámaras. Si buscamos su traducción al inglés "perfect"o al alemán "perfekt" podremos encontrar decenas de cámaras que han utilizado este calificativo en sus nombres.
Empezó pronto a verse en alguna de las primeras a finales del siglo XIX con marcas como Fauvel, Marion, Newton & Co (Perfect 1885), Photo-Hall. Entre todas ellas, destacar la más inmodesta, la francesa Photo-Hall con más de diez modelos con ese calificativo/nombre comercializados a finales del XIX principios del XX. 


Y quizás curioso señalar el aparato de clásico fuelle y madera producida por Thormton Pickard, Imperial Perfecta (1909), modelo que aún podemos encontrar frecuentemente a la venta y en la cual se usaba el término en español. ¿A qué se podría deber? 

Pasando al término alemán, país que para todos los coleccionistas es referencia, especialmente con marcas como Zeiss o Leica, tampoco ha faltado este calificativo en varios modelos. Zeiss Ikon ha tenido su Perfekt (1927-1931), también Welta con Perfekta (1934-1939) e incluso en este caso de forma superlativa, Superperfekta (1935). Algunas de estos aparatos "perfectos",especialmente  las de la marca de nombre innombrable Rheinmetall VEB, Perfekta I (1954) y Perfekta II (1954) han llegado a tener producciones importantes, al ser cámaras de un precio razonable, con materiales y funcionamiento sencillo. Algún ejemplar se esconde por mi colección y se puede leer información más detallada en la página camarassinfronteras [2].

Aparecen referencias a una cámara Birnbaum Rumburk: Perfecta (o Perfekta?) de origen checho, aparentemente mismo modelo que la anterior comentada Rheinmetall Perfekta I. Sin embargo no he podido confirmarlo y más me inclino a un error de la fuente. También, se han producido cámaras con una raíz similar al término perfect como es el caso de Perfex  fabricada por la compañía americana Camera Corp. USA.

Llegado este punto, la realidad es que yo venía a hablar de mi libro o más bien de mi colección. Y como no podía ser de otra manera, también en el mercado español ha encontrado su lugar una sencilla cámara pero poco modesta para denominarse PERFECTA, sin más. Y cómo una imagen vale más que mil palabras y en eso se fundamenta el origen de todo esto, aquí tenemos esta pequeña joya:


Como se ve en la anterior foto, es una cámara muy sencilla de tipo cajón fabricada en madera y con un visor que sobresale de su cuerpo pero muy sencillo y basado en dos elementos abatibles metálicos.



En la obra de Gerardo Acereda [3], se menciona que "se diseñó y se fabricó por encargo del fabricante valenciano Mariano Roig-Gior en 1942" por parte Julio Matutano con  óptica S.A.C.O (Sociedad Anónima de Cristales Ópticos de Barcelona, filial del grupo Indo), para película 127 en formato 4 x 6,5 [4].

Sus dimensiones son muy reducidas, de apenas 8,5 (sin contar su gran visor de alambre) x 6,5 cm que comparados con una cámara de tipo detective, como es la de la imagen marca Cosmos, le hacen parecer como un niño al lado de un jugador de baloncesto, incluso estirando su "cuello" (visor), no llega a su altura.


Su precio original no llegaba a medio euro, 48 pesetas al menos por el documento de la siguiente imagen. Este valor, lógicamente traducido a la actualidad sería más alto. Por cierto, este precio podría ser de reventa del aparato por el establecimiento origen del documento, lo cual puede generar alguna duda sobre el real de venta.  Se entregaba en una caja de llamativos colores verde y amarillo que hoy bien le harían parece un producto made in Brasil ...

Otra curiosidad, lo recoge su manualillo donde precisamente la perfección ortográfica brilla por su ausencia. Tanto en el anuncio anterior como su manual contienen un error ortográfico claro y rotundo:

Pequeña, sencilla como se puede ver en su mini manual de uso [5] tenía aún mucho recorrido para ser la cámara perfecta. A pesar de su nombre, seguiremos buscando la cámara Perfecta española.



(*) No tengo referencia sobre esta cifra, es una aproximación a partir del volumen de información que proviene de fuentes como la Guía Mckeown, etc. Si contamos variantes de colores, cambios estéticos, etc, sobre cámaras, esta estimación se vería ampliamente sobrepasada.

Referencias
[1] Diccionario de la RAE
[2] Foto proveniente de la página de https://camarastensyantonio.weebly.com
[3] Cien Años de Cámaras españolas. Gerardo Acereda
[4] CAPTA en Wikipedia
[5] Manual de la cámara Perfecta que acompañaba a esta cámara